«Sin dudas debo mi renacer a este proceso de transformación que Gigi guió y acompañó con mucho amor. No todo fue color de rosas pero su escucha atenta y analítica sirvió para darme cuenta de los relatos sobre mí y mi historia, que sostuve desde mi adolescencia y que hoy estaban condenándome a transitar un duelo de manera inorgánica. Digo renacer porque me ayudó a crear una versión mucho más coherente amable y confiada de mí misma.»